El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos.
De un reloj antiguo que un abuelo nos regaló, de las tardes jugando con nuestros hermanos mientras crecíamos, del comenzar en una ciudad nueva y de la casualidad que nos hizo encontrar la persona con quien pasaríamos el resto de nuestras vidas.
Somos merecedores del amor más completo, puro y auténtico que existe. Y sólo es cuestión de tiempo para encontrarlo. La increíble luz que Mónica y Daniel tienen cuando están juntos hace posible creer en historias de amor, de tiempo y de recuerdos. Amores como el de ellos envían tanta energía que cambia la vibra de todo lo que está a su alrededor.
Gracias Moni y Daniel por confiar ciegamente en mí para contar su historia. Fue un honor coincidir con ustedes. Y fue un placer darles sus recuerdos en este espacio, y en este tiempo...
Que sean infinitamente felices!!!