Si hay algo que me emociona es el amor entre padres e hijos, porque puede ser que no haya amor más puro que cree un lazo así de eterno.  

Los papás aman sin medida, y aprenden fortaleza y límites de cariño que no creían posibles.  Sus vidas se transforman y generan espíritus libres con pensamientos propios que crecerán con memorias infinitas de sus días en familia.  

Claudia y Jenaro son padres así, y que viviendo con unos hijos tan llenos de luz, no podían hacer más que crear más amor.  El amor crea más amor, y definitivamente se potencializa.  El amor busca cómplices de aventura y risas para compartir en una mesa.  Busca apoyo para resistir los vientos que son demasiado fuertes, busca abrazos y familia, busca compartir más luz y crear aún más amor.

Rodrigo, Diego y Sabrina son muy afortunados de tener una nueva familia que será esto y más, y yo no tengo más que sentirme honrada por haber estado ahí, en el comienzo de lo que será una muy feliz vida juntos!

Gracias a los 5 de todo corazón...